LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA

La educación es un pilar fundamental para el desarrollo de un país, algo que a veces parece que se olvida, puesto que en épocas de crisis en lo primero que se recorta es en ella junto con la salud.

Desde la restauración de la democracia, se han implantado varias leyes educativas con la finalidad de mejorar la calidad de la educación, aunque no hay mejoras destacables.

Hoy en día, la ley más destacada y polémica es la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) presentada por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.

Tanto profesorado, asociaciones, sindicatos, padres, estudiantes… están en contra de la LOMCE pues consideran esta ley como un ataque lleno de una ideología clasista, desigual e injusta.

En comparación con el resto de países de la Unión Europea, el sistema educativo español, se encuentra entre uno de los más mal posicionados. Debido al alto porcentaje de abandono escolar, pocos alumnos brillantes, etc, los resultados de la educación en España son pésimos.

La relación entre la diversidad de recursos y el rendimiento de los estudiantes no está equilibrada y ahora menos a causa de los recortes por la crisis económica.

El número de alumnos por clase se ha elevado (en contraste con otros países de la UE), el de profesores ha disminuido, las infraestructuras son escasas…

La enseñanza de las artes es junto a música y educación física de las más perjudicadas, sobretodo en la ESO, en la que estamos sufriendo cada vez más la discriminación hacia la asignatura de plástica, pasando a ser cada vez más una optativa de menor importancia, en una sociedad de consumo, en el que cada vez se necesita gente más creativa.

Otro problema del sistema educativo, es el currículum. Este empezó a utilizarse de forma habitual con la promulgación de la ley General de Educación a comiendo de los años 70. Ley que pretendió llevas a cabo una reestructuración de la educación escolar, tanto los aspectos formales, como las cuestiones de tipo curricular (contenidos, formas de transmisión,…)

El no haber profundizado esta ley, dejó que el termino currículum fuese reducido a plan de estudios., muy a menudo concretado por las editoriales, que son las que han tomado las decisiones más importantes sobre que enseñar y como presentar al alumnado el conocimiento seleccionado.

En España, nuestro sistema es centralizado, al igual que el francés y la administración dicta a los centros qué se ha de enseñar, recomienda la forma de cómo enseñar y los criterios de evaluación. En la práctica los centros y profesores hacen una traducción particular de estas recomendaciones (con excepción del bachiller, atado a los temas de selectividad). Las decisiones suelen ser tomadas de forma individual por cada docente, seminarios o departamentos. Se suelen tener en cuenta las recomendaciones oficiales, sobretodo en cuanto al contenido, pero menos en la metodología. También se toma en consideración el tipo de alumnado. Existe una total autonomía, solo limitada por la oferta editorial y la dedicación del propio profesorado a la hora de escoger los recursos y materiales curriculares.

Pienso que el Curriculum es una buena herramienta si es utilizado como un instrumento de guía y ayuda para el profesor y no como un medio de frenar las libertades en la enseñanza y educación. Creo que se deberían revisar aun muchos puntos en el y actualizarlo a las necesidades actuales, y sobretodo creo que no debería de haber una jerarquía sobre las materias.

Conocer y reconocer los puntos débiles del sistema educativo y reforzarlos para la mejora es esencial. Se han aplicado una docena de leyes en los últimos 40 años y se ha visto alguna subida y bajada, pero nada notable. Los resultados son igual de decepcionantes.

Llegados a este punto muchos se cuestionan realmente la capacidad de formalizar leyes educativas de los políticos.

Cambiar las metodologías de enseñanza con tal de motivar a los alumnos, ofrecer infraestructuras y herramientas tanto al profesorado como al estudiante, saber desarrollar y explotar la creatividad y el ingenio de los estudiantes, mejorar las condiciones laborales del profesorado… son algunas de las sugerencias que en mi opinión mejorarían la educación para que sea una educación pública y de calidad.

Invertir en educación es invertir en el futuro personal y profesional de la sociedad.

¡La educación es un valor y un derecho del ser humano!